RAREZAS

 
A Ramón Unzueta, mi Rami (to) de amor
 
No le nieguen todo al raro,
no le hagan pensar que está  prohibido.
Un beso suyo puede ser escrupuloso
y su mano puede caer rudamente sobre el piano.
Miren: su rostro tiene una barba inquieta
ningún labio ha dibijado tal sonrisa.
No le nieguen un espacio en nuestras camas,
qué frias las sábanas sin sus pies.
No hay que describirlo con esos ademanes
que tanto envidian las mujeres.
Por qué aborrecer un minuto de su rareza,
también su piel posee zonas bellas
y no seamos simuladores
e imaginémoslo desnudo.
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